FLIA

FLIA


Sobre el absurdo comprometido


Me rio de lo absurdo
En especial porque me duele
Y me rio de esa suerte
de los versos y los atajos
de la flor inmunda ,ese estropajo
y los buitres merodean
Con Canto de muerte y algún sarcasmo.
Por el hacha sin filo que cayó en madera podrida
y la novia abandonada que aun vela el olvido
Por esto y aquello, por lo ajeno y lo extraño
Por dormir sin sueño y comer sin hambre
Me rio de todo
Porque no me incumbe, pero me toca
Y no me importa, pero retorna desgraciada
Burdas vueltas, burdo ocaso
Burda noche, burdo letargo








sección musiquera!



Y bueno... ya que estamos al pedo mateando, en esta madrugada patriótica de 9 de julio, aprovecho para improvisar una nueva sección pal' curioso y el interesado: Curtiendo Folclore!.

 A veces cuesta conocer artistas musicales, nuevos o viejos, ya sea por la falta de difusión o la dificultad para acceder al archivo. Así que con esto tal vez se contribuya a que alguien encuentre las melodías que busca, o a que se choque de frente con la música nuestra que de a ratos sabe a raíz ignorada.

 Con la fuerza de los viejos vinilos y los artistas jóvenes, sin buscarle más rodeo al asunto, seguimos folcloreando sin darle respiro al oído. Desde ya, citando la fuente de los archivos y esperando que encuentres interés en alguno de los discos.



#1: Una vida para el canto

 Damos arranque promoviendo esta vieja artista que conocí hace veinte minutos. Se llama Margarita Palacios y nació en el año 1911, dando su hasta pronto en el '83. Compositora y cantante catamarqueña, es considerada una de las precursoras del "estallido del folclore" (si, pa que decir boom?) que se dio en el país a partir de la década del 50'. Margarita participó activamente en radio y televisión, actuando en varias películas, grabó música y editó un libro de gastronomía autóctona, publicado en el '75.

Le damos mecha a esta sección con este disco bien viejito, que tal vez nuestros abuelos y viejos hayan escuchado con frecuencia.
 



pa bajarlo, click en la imagen!

fuente: argentinamusicadocencia.blogspot.fr/



Bájese la que guste!

He aquí el archivo de Cimarrón. Si gustás en bajar alguna mandale click en la imagen...

Vale reseñar que entre el scanner, la plasticola o el uhu que se desparrama, la mugre que se impregna al papel y el fotocopiado, la calidad se reduce bastante. Pero bueh esto es Cimarrón, no La Garganta Poderosa… ¿¡qué pretendo?! ¿Qué pretendemos?! Jesus! Bíblicas respuestas a la vida, acudan a nuestra ignorancia!
 En estos momentos quisiera vivir una revelación, algo majestuoso, con muchas luces y un gustito a coito de madrugada. Pero hace frío, es invierno y sólo resta tomar un vino tinto y esperar a que arranque la peña. (Re-editar cuando lleguemos a la primavera y haga un calorcito espectacular).


N. de la R: ya es verano. El calorcito es una realidad. El fin del mundo no lo fue. Estamos muy bien, gracias.

N. de la R. de la R: ya pasaron varios veranos desde aquel mensaje. Estamos en otoño. Seguimos todos vivos. A bajarse la Cimarrón!


                                                           N° 7 : Pumita tucumano



http://www.mediafire.com/view/4b86pbpigg2bl2q/Cimarrón_#7.pdf



N°6    " La Chiraymitt'a"

N°5  "Sapito de Pontaut"

N°4   "Raíz de Jaracandá"


N°3   "Gran Peña"
N°2  "Varieté Popular"
                                                                                                                                                               

Cimarrón N° 1



Si algun link está caído no dudes en avisarnos o en dejarte llevar por el desgano y olvidarte de Cimarrón.

Artistas involucrados!


Estas 36 páginas podrán parecer una joda pero de verdad demandaron esfuerzo.

La existencia ideal Cimarrón se agradece a sí mismo por contar con todos aquellos que participan con sus creaciones artísticas, con ideas de todo tipo y con las ganas del voluntariado manual. Entre ellas, por citarte personas jurídicas "limpias", el Cóndor Patagónico, quien escribió y colaboró con la diagramación y edición digital, así como Dominguín ("el agrimensor de las pampas" le dicen en La Madrid), los vecinos múltiples del edificio y los changos amigos.


Y gracias a los artistas que se coparon directa o indirectamente con esta número cinco!:

* Hilda SUR
* Ro
* El Gory
* Bisoñé (Y el deseo de la Mojarrita Santacruceña)
* Pote
* El Mariscal
* Juan María Urruspuru
* Malena Biangardi
* La Flor Perro
* Un anónimo
* BOA (El reptil que no quería ser burgués)




Dicho esto, les deseo buenas vibras invernaderas, buenos descansos y vicios regulados a conciencia en base a la amistad, la música raíz y los amores entre colores.













CIMARRON Nº 5!


Sí! Sí! Sí. La paisanada se alegró con la visita.

 Allá por el pago de Pontaut, los noventa y seis que aun quedan andaban desconcertados. No llegaba. Y se preguntaban qué pasaba, buscaban rumores en La Madrid o en Pringles, pero nada. Nadie sabía esculpir ni un bolaso.
 Hasta que cantó el sapo de Pontaut. Despertó a todos en sus callecitas sin cuneta. Bah, algunas tienen. Y en ellas descansó luego de que cantara tanto tiempo sin darse un respiro, suspirando reseñas martinfierreras. Y bien pues, fue canción y tapa de la revista, al instante de realizarse la número 5. Sapito de Pontaut.







Link:  https://rapidshare.com/files/2786434475/Cimarrón_Nº_5_-_Sapito_de_Pontaut.pdf

nº5: Cuestión de Voluntad. Por Nicolás y Juan


Cuestión de voluntad


 Las historias generan narraciones fabulosas, de piel y carne adormecida, de finales inesperadas y risas o intrigas. Las reacciones consecuentes generan que se vuelvan a repetir, o no. Del éxito comprendido en la anécdota se resuelve la cantidad de copias de un mismo relato.
 En realidad, lo de “un mismo relato” cae de maduro en su falsedad. Ninguno nace gemelo. Ni en las ideas o en los tamaños y colores. Cada relato juguetea y se desfallece en soledad, aunque no se perciba lo mismo.

 Sabía que su sueño era interesante porque le provocaba interrogantes difíciles de responder aún en momentos de lucidez. Hablaba de los sueños, las capacidades humanas, la muerte dentro de la vida.
 Y sucedió. Presenció un estadio repleto de personas, borrosas y estruendosas, él en un punto indeterminado. Podría ser la espera de una filarmónica, un consumidor popular de éxitos, un apodo de animal selvático. Podría ser algo que requiriera la compra de una entrada. Podría ser algo que involucrara el dinero o las locuras masivas.
 Pero no, allí no interpretaba su música un conjunto de instrumentistas, ni se encontraba en el escenario un político incandescente en busca de su referente “populista” o “renovador”, esas expresiones gastadas. Era otro virus. Había un traje blanco, la única imagen representativa. Tal vez sucedieron otras cosas, posturas físicas de su cuerpo, griteríos, sonrisas, promesas y dudas. Pero fundamentalmente aquel traje blanco, al que imagino impecable, suave al tacto.
 Si aquella cantidad de gente fue para disfrutar de su presencia, pagó entradas y soportó colas, y encima hace un calor y nadie reparte botellitas con agua, ni al revoleo, o es de noche y nadie comparte las ropas, bueno, es evidente que aquel personaje de traje blanco era carismático y lograba reunir a gran cantidad de humanos. Tal vez no lo es. Digo, tal vez no es ‘humano’. Es verdad. Hay quienes piensan que “no estamos solos”. Otros refutan esa afirmación. Dicen que nunca lo estuvimos, ya que nosotros mismos somos ese otro, esa diferencia, ese misterio arqueológico. La cuestión pasaba porque aquel personaje monocromático juntaba mucha gente. Nadie niega eso.

 El tipo arrancó hablando de los deseos. Que cada uno, esa noche, iba a cumplir su deseo más preciado.

 En primer lugar, luces incoloras y olores nauseabundos nulos. Expresiones verbales vociferadas con calma o violencia, no sabes si en el estadio repleto o en los huesos de tu cerebro. Cosas que pueden o no haber sucedido, ¿cuál es la diferencia? La vida en especial sentido juega con esa paradoja, la de vivir para olvidar. Olvidar que uno vive por vivir. Vivir sin saber que uno olvida, hasta que se intenta recordar lo eliminado. Jugar con los archivos con olor a tinta vieja, llorar lo experimentado, entusiasmarse por lo que puede llegar a venir, con suerte, si la virgencita de Itatí nos acompaña en esta redada.

 “Sólo tenían que pedirlo en el momento en que bajara el destello divino del Señor”. Y uno no sabe qué hizo en ese momento, te babeaste o canalizaste tus miedos en un grito, en una carcajada extraña. Sólo se sabe que él estaba detrás del escenario, alejado del quilombo, presenciando esa locura. “¿Y vos qué hacías en ese momento? ¿Dónde andabas?”. Cuando el muchacho indicó lo que les dije, bajó un destello divino y la gente comenzó a reírse, a volar, a… -y las interrupciones entorpecen las explicaciones. Pero lo raro no fue eso, dijo.
 Lo raro fue que después de todo eso el pastor se diera vuelta, me mirara y me dijera: ¿Qué tonta que es la gente, no? Necesitan creer en alguna fuerza divina para poder cumplir lo que se proponen.
 Y yo, mirándolo, sin entender reconocí el por qué de su explicación. El estadio repleto, tan alucinado en sus curvas como fantasmagórico en sus nieblas. Sus efectos se hicieron luces, y aquel poder divino era irreal, y era ese poder la voluntad de la gente, que realizaba sin pedirle nada a nadie, con el convencimiento de que se podía.
 
 No sé si se produce por naturaleza eso de poner tu vida en manos ajenas. No sé si es correcto que transites tu vida sin el convencimiento de tus condiciones. No debería ser así.
Generó pensamiento, y un escrito un sueño, una multiplicación desconocida, en parte del aire que respiramos. En tiempos de inspiración o de rabia sequía pampeana, vale premeditar y evaluar, o cerrar los ojos y bailar. Cuando el muchacho indicó lo que les dije, todos volaron, rieron. A mí nadie me dijo nada así en una conferencia, recital o en el bar. A no ser que lo haya olvidado.

 El otro sueño vivo fue en la calle cuarenta y nueve, llegando a cinco. Tal vez algo de allí nos habló acerca del olvido, de la intrascendencia. Y de reír moviéndose. Es normal en estos lugares. De anoche recuerdo pocas cosas: al micrófono del acordeón le faltó volumen, o de tanto bailar, del micrófono se olvidó. Ese acordeón era acariciado por una morena. Su belleza se multiplicaba cuando hacía el amor con las teclas, y algunos sonreían, y todos se agitaban.
 

      Un sueño de Nicolás
Un sueño de Juan

Cimarrón nº 5: nos recomiendan este poema.


Muchacha Azul, Princesa Americana


Y allá a lo lejos entre vos y el cielo
la hidrográfica senda del huichayra
pupila del ocaso interminable
sueño indio sepulcro de la raza
desde la noche oscura del incario
hasta el alba naciente del mañana
custodiaran el sol de tus umbrales
los añascos cardones del pucara
matriz del viento origen de la sombra
ofertorio otoñal de las calandrias
duerme la siesta del maíz fecundo
sobre el tálamo gris de tus pisadas
hasta que el hombre de la mano ruda
abran en surcos la paz de tus entrañas
abre tus brazos al rosal latino
no levantes ni cercos ni murallas
que tus mollares le den sombra y abrigo
al criollo, al europeo y al aimara
y que lleven tu nombre por el mundo
muchacha azul, princesa americana
cuando el verano te devuelva al río
y las noches se enciendan de guitarras
un cortejo de grillos escondidos
prenderán de tu nombre un pentagrama
y desde el verde verán pasar nocturno
junto al anfibio entonaran tu nombre
Tilcara.



Germán Walter “Churqui” Choquevilca (1940, Poeta jujeño).
Enviado por Dominguín, “el agrimensor de las pampas”.

Olor a mano


Cuando huelo mis manos pienso en comida,
Cuando huelo mis manos pienso en trabajo,
Cuando huelo mis manos pienso en qué hice,
Cuando huelo mis manos veo mis dedos,
Cuando huelo mis manos tapo mi boca,
Cuando huelo mis manos busco consuelo de mis actos,
Cuando huelo mis manos siento la tierra,
Pero qué importa, solo yo las huelo.


Pote

Cimarrón #7

Don José en Cimarrón