FLIA

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Diciembre es Cimarrón

Bueno che... Un adelanto de la última edición del año: Cimarrón versión diciembre, finales, tesinas, navidades de mentira, falsedades, familias que se juntan pero cuyos integrantes están todos peleados entre sí.




La convivencia, ¿misterio o ganas de matarse?

Desde que llegamos al mundo somos convivencia, convivencia con tu vieja, con el hermano que tengas ya de antemano, con los parientes pellizcando tus atrofiados cachetes… todo es convivencia, si esperas la fila en el andén o te tomas un helado sentado en una plaza. Desde lo material es convivir, porque los testículos conviven entre si, además del intruso peneano o la misma convivencia pene-ano, desde el tarro que dice “azúcar” con el que dice “yerba” o el tarrito escondido de “yerba” pero que en realidad es otra “yerba” a quien la sociedad no deja que sea una convivencia en paz. La realidad es que la convivencia, ¿es un misterio o dan ganas de matarse?
A veces pienso “si le clavo la bombilla del mate en el ojo, le queda el otro… no pasa nada”, pero me estaría contradiciendo en el hecho de la tolerancia en la convivencia. Prefiero rendirme en el suspiro de decir “ya te voy agarrar asomada a la ventana” y contar hasta 120.304 para no mandarla a la puta que la pario. Porque convivencia encierra un todo, desde el que te puso a convivir con esa persona hasta nosotros mismos, es más complejo que meterle un zapatazo en el orto y darlo por terminado, porque sabes que no termina ahí… después de ese viene seguramente un “y te diré mas reverenda…” y seguido de un escobazo en la espalda ya rendida sobre el suelo casi inevitablemente la tiraría por la ventana, para que desde arriba le diga “porque lloras hija de puta, si no te hice nada!!” y todo se vaya una vez más al carajo.
Entonces, la convivencia tiene ese gusto a remolacha condimentada, es agridulce y un poco intolerable, con poco masticarla ya te larga su disfraz rosa para hacerse ver como un verde vegetal mas, que solamente piensa en recubrir la apariencia de buena forma, pintoresca y primaveral con tal de comprar la delicadeza de quien la prueba una y otra vez sin quejarse para ver si cambia de sabor con otros condimentos, decorativos o no que dependiendo del día dan ganas de matarse. Con la diferencia, que la remolacha, NO ME GUSTA.

- Boa (El reptil de Belgrano)


Relatos de un salchichón primavera

Hace tres años encontré tirado en el suelo, arrugado y pisoteado, este relato ficcional. En un edificio que ya no sirve de facultad, aunque puede que esté mintiendo, y lo haya encontrado en alguna vereda próxima. Siempre me pregunté quién habría escrito esta simpática historia, pero no llegué a grandes conclusiones. Habiéndolo encontrado, Cimarrón lo comparte con usted.


Relatos de un salchichón primavera (Anónimo)

Bueno, al fin, llegaron las 20 hs, había pasado otro día viendo cómo a mis amigos y a mis peores enemigos los mataba el cruel de Juan, por unas monedas.
Me estaba por acostar a dormir cuando escucho una voz que me llama, era palito, me avisaba que había boxeo por la noche, quería que me anote, decía que si ganaba me iba a llevar un buen billete. Le dije que no necesitaba dinero, sólo una lima. Me miró, se le transformó la cara, y me preguntó si pensaba escaparme. Asistí con la mirada, y le expliqué que estaba cansado de tanta muerte, y que sentía que el próximo podía ser yo.
Palitó aceptó, me conseguiría la lima si ganaba.
En mi primer pelea noqueo a mi contrincante en el 1º round, era un queso... Fueron pasando las peleas hasta que llegué a la final, que fue la pelea más dura que tuve, era re polenta este, pero le pegué un cross izquierdo seguido por un gancho al mentón. Nunca se levantó.
Diez segundos pasaron hasta que se metieron todos al ring a levantarme en hombros. Besé a mi novia, Mortadelita, o Lita como yo le decía... y luego no paré de recibir elogios. Después de los festejos todos a dormir, menos yo, era la gran noche, debía huir.
Agarré la lima y me encaminé hacia la salida. Estaba por terminar de cortar el segundo barrote cuando se escuchó:
- ¿Cómo llegó esto acá?
Y una mano me tomó de la espalda, era Juan que me llevaba a la heladera. Perdí en ese momento toda oportunidad de libertad, ni el salame de tito me pudo sacar una sonrisa.

Pasaban las horas y no venía ni un cliente, aburridísimo. A las 11:30 hs se escuchó abrirse la puerta, entró un hombre flaco, alto, colorado y de bigotes largos. Compró de todo y cuando se estaba yendo, se frenó, volvió hacia el mostrador y pidió 200 gr. de salchichón primavera...
Ahora son las 13:30 y me mudé al estómago de este hombre, gracias a dios que no masticó bien, sino hubiera dolido más.

Cimarron en el televisor





En este video podrán disfrutar una entrevista ofrecida a Cimarrón...
Un Varieté literario/gráfico popular... libre y alegre...
Un poco libre, un poco esclavo... Y las ideas revoleadas al aire.
Para hablar
Caminar
enfrentar
dialogar
Vender
persuadir
Inmolar
Brillar
Aguantar

Cobarde.

Cimarrón #7

Don José en Cimarrón