FLIA

FLIA

Crear sin importar




La ausencia genera un vacío insatisfactorio digno del pensamiento más antiguo, del de las razas ancestrales, superiores. Considerar el tiempo un valor calculado, luego sentirlo desperdiciado. Crear lazos internos, buscar atajos atractivos, preguntarse a sí mismo y al mundo conocido. ¿Qué puedo hacer de bueno para darle color a mi entorno? No ocupa espacio alguno la opción "Nada, pues no es necesario", fue abolida hace un tiempo largo. Lo efímero se desvanece en el aire no así tus manos pintadas. Debemos rugir como fieras salvajes descansadas sobre algodón entonces, y preguntarnos sin requisas condenatorias. ¿Puedo cantar? Pues sí. Tal vez. Calcular galaxias distantes entre materiales poco convencionales, animarse a cobijar un estilo nuevo, suspirar tambores y cal y arena. Escribir y criticar con amplia gama de equivocación. Beber infusión mucha del palosanto y perderse en cuestiones diversas sin desorientar la primera cuestión. La ausencia. ¿De qué? De creación. Sin tapujos innecesarios, valer como cuenta esta idea. Invertir el segundo en el que se apagan los incendios, y que se propague prendiéndolo todo. Leer hostias, enseñar algo, bailar alguien. Comprender un instrumento, muchos alrededor suyo son superiores y vaya si te han hecho emocionar. Has ejercitado un nuevo músculo, la esperanza tiene muchos colores, algunos de ellos te invitan a esperar el próximo agasajo aculturado. La musculatura de la inspiración, decía, y ahí viene, ya lo tienes, lo abrazaste con longitud de guerrero. Tal vez se escape, algunas horas pasan lerdas. No importa. Intentaste.

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